jueves, 24 de marzo de 2022

generaciones de computadoras 


primera generación: tubos de vacío (1940-1956)


Primera generación, desde 1940 hasta 1956: Computadoras de válvulas de vacío. Segunda generación, desde 1956 hasta 1963: Computadoras de estado sólido con transistores. Tercera Generación, de 1964 hasta 1971: Computadoras de estado sólido con circuitos Integrados.

1° Generación de las computadoras (1945 - 1956)

La primera generación de las computadoras se vio impulsada por la Segunda Guerra Mundial, ya que se buscaba aprovechar su uso para fines militares. Uno de los primeros avances que se dio fue el de la primera calculadora electrónica creada por IBM. 

Esta fue conocida como Harvard Mark, debido a que fue enviada a Harvard en 1944. La máquina era lenta; sin embargo, era capaz de desarrollar operaciones matemáticas básicas y algunos otros cálculos complejos. 

Luego, en el año 1945, se da otra evolución de las computadoras, pues surge el computador ENIAC (Electronic Numerical Integrator and Calculator) desarrollada por John Presper Eckert y John William Mauchly. Se trataba de un ordenador gigante que pesaba cerca de 30 toneladas y requería de gran consumo de energía para su funcionamiento. 

El diseño y desarrollo de esta computadora estuvo financiado por el ejército de los Estados Unidos y contaba con un sistema decimal. 

Otra computadora que se desarrolló fue la EDVAC (Electronic, Discrete Variable Automatic), la cual se caracterizaba por tener un sistema binario y por contar con el primer programa para ser almacenado. Ambas computadoras fueron diseñadas en la Universidad de Pensilvania y tuvieron un costo similar, el cual se encontraba por debajo de los 500000$.

Finalmente, en 1951 se construyó la UNIVAC (Universal Automatic Computer), se trata del primer computador comercial desarrollado en Estados Unidos, el cual fue construido por los mismos autores que la EDVAC y la  ENIAC. Esta se caracterizaba por ser capaz de resolver cerca de 1000 cálculos por segundo y utilizar 5000 tubos de vacío. 

edvac evolución computadorImagen: Wikimedia Commons

2° Generación de las computadoras (1956-1963)

La siguiente evolución de las computadoras viene con la segunda generación, la cual se caracterizó por la migración de tubos al vacío a transistores que permitieron desarrollar máquinas con mayor velocidad y más ligeras.

Las computadoras de esta época se programaban con lenguajes de alto nivel como COBOL (Common Business-Oriented Language) y FORTRAN (Formula Translator). Además, se dio la creación de la microprogramación en el año 1959 por el investigador Maurice Wikes, lo cual permitió crear computadoras más eficientes y pequeñas. 

Otro de los grandes avances que se dió durante este periodo fue el desarrollo del primer juego de ordenador llamado Spacewar, que fue elaborado por Steve Russell en 1962 y se trataba de un videojuego de combate espacial. 

3° Generación de las computadoras (1964 - 1971)

Otra evolución de las computadoras fue la que se dio durante la tercera generación, la cual estuvo caracterizada por el uso de chips de silicón creados por Jack S. Kilby y Robert Noyce, los cuales permitieron obtener computadoras más eficientes con un menor consumo de energía.

Durante este periodo, los chips o circuitos integrados empezaron a contar con un amplificador, oscilador y una compuerta lógica, lo cual permitió el uso y manejo de otras máquinas de una manera más práctica. Esto representó una gran evolución de las computadoras.

Finalmente, en 1964 IBM desarrolló la serie Edgar, la cual se trataba de computadoras desarrolladas a partir de estos chips y que, debido a su eficiencia, lograron reemplazar las máquinas empleadas en la segunda generación.

 

historia de las computadora

 

                                                                               "Hábitos de estudios"

1. Márcate una meta

Antes de comenzar a estudiar a diario debes tener claro qué quieres conseguir con todo esto. Tener claros tus objetivos y tus motivaciones para emprender este camino serán la clave que te llevarán a conseguir tus metas, que te mantendrán motivado y que harán que evites la procrastinación.

2. Una buena planificación es indispensable

Tener una planificación correcta es básico si pretendes alcanzar un objetivo. Es tu hoja de ruta, la base que hará que sigas un determinado camino y que no te apartes del rumbo si llegan adversidades.

A la hora de estudiar es muy importante planificar y organizar el estudio. En este artículo te explicamos cómo puedes organizarte mejor creando tu calendario de estudio. Te aseguramos que habrá un antes y un después cuando hayas hecho tu propio calendario de estudio y hayas organizado los horarios que vas a dedicar a estudiar.


3. Estudia todos los días a la misma hora

Para conseguir un buen hábito de estudio es recomendable que el estudio se haga siempre en los mismos periodos de tiempo. Esto hará que tu cerebro acabe asimilando como tiempo de estudio esos momentos y se encuentre más predispuesto para comprender la información en este intervalo de tiempo.

¿Tienes poco tiempo para estudiar y tienes que aprovechar cada hueco que tengas entre las diferentes obligaciones que tienes que afrontar cada día? Es normal. No te preocupes. En la medida de lo posible intenta estudiar en el mismo horario todos los días. Seguramente estos huecos que aprovechas para estudiar también siguen un patrón de horarios que se repiten día tras día.


4. Evita los atracones de estudio

Estudiar durante largos periodos de tiempo sin descanso es contraproducente para tu memorización. La mejor forma de estudiar es poco a poco, con pequeñas sesiones de tiempo bien aprovechado. En periodos cortos el cerebro asimila mucho mejor la información a la cual lo expones. Está demostrado que es mejor estudiar diez sesiones de una hora que una sesión de diez horas.

5. Descansar es prioritario

Muchas veces, bien porque disponemos de poco tiempo para estudiar o porque hemos empezado a estudiar demasiado tarde para un examen, sustituimos horas de sueño por horas de estudio. Pero debes tener en cuenta que, pase lo que pase, debes dormir entre 7 y 8 horas.

Tu cuerpo y tu mente necesitan descansar, y si les privas de ese descanso su rendimiento caerá en picado. Por lo que si quieres mantener un buen rendimiento a la hora de estudiar debes dormir lo suficiente para que al levantarte al día siguiente estés al 100% de tus capacidades.

Además, ¿sabes que mientras duermes tu cerebro sigue trabajando asimilando información e incluso resolviendo cuestiones o problemas no resueltos? ¿Te ha pasado alguna vez que no has sido capaz de resolver un problema y a la mañana siguiente, cuando te has levantado, de repente, por arte de magia, has dado con la clave que te permite resolverlo?


6. Estudia siempre en el mismo lugar

No importa que lo hagas en la biblioteca, en tu habitación o en casa de tu tía, la del pueblo. Lo importante es que siempre estudies en el mismo lugar, ya que te hará evitar distracciones innecesarias. Cuando estás habituado a un sitio los estímulos propios del lugar forman parte de la rutina, por lo que no oyes los ruidos, ni te distrae el entorno. El tener un lugar adecuado para estudiar a diario mejorará tu concentración y, por ende, tu rendimiento.

7. Ponte pequeñas metas cada día

Marcarte todos los días un pequeño objetivo te ayudará a concentrarte y a estar más predispuesto al estudio. Si sabes que hoy tienes como meta aprender la tabla periódica no debes levantarte hasta que lo hayas conseguido. El marcarte pequeños objetivos te ayudará a mantenerte motivado, aumentará tu concentración y evitará que te distraigas.


8. Aprender a enseñar.

Uno de los mejores hábitos que puedes adquirir para mejorar como estudiante es el aprender a enseñar. Esto significa que debes introducir en tu rutina una exposición oral de aquello que estés estudiando. Debes plantearlo como si estuvieses explicándoselo a otra persona para que sea más efectivo. No importa cuánta información hayas estudiado hoy. Si lo haces cada día y lo incorporas a tu rutina te aportará una visión clara de los conocimientos que tienes en la materia, te ayudará a estructurar mentalmente, a asimilar e interiorizar la información que has estudiado.

9. Olvídate de los dispositivos móviles.

Nada de smartphones durante el estudio. Sí, lo que oyes. Nada. Aunque no quieras reconocerlo los dispositivos móviles son una fuente constante de distracciones. Si eres de los que no pueden vivir sin su smartphone cerca deberás ponerlo en modo avión durante el tiempo que dediques a estudiar. Además, también puedes aprovechar tu móvil para utilizar algunas apps creadas especialmente para ayudarte con tus rutinas, como por ejemplo Forest App.



10. Premia tu esfuerzo a diario.

Al igual que te has puesto pequeñas metas diarias que debes cumplir, es necesario que te premies con algo tras conseguir tu objetivo diario. No es necesario un gran premio: un café, un par de páginas de ese libro o un paseo con tu perro pueden ser el premio. El hacer algo que te guste cada día tras conseguir tu objetivo marcado te ayudará a mantener la motivación y a conseguir crear un buen hábito de estudio.




proyecto 4

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